Wednesday, April 7, 2010

El Perdón

Habiendo tenido una gran influencia católica en mi formación me fue muy común escuchar el tema del perdón. La verdad es que durante muchos años me revelé contra la religión y cuestioné todo cuanto pude de ella. Hoy día desde una nueva perspectiva y tras mis diferentes experiencias vuelvo a cuestionarme muchas cosas. Me doy cuenta que como ha tenido graves errores, la fe cristiana también ha tenido grandes aciertos.

Supongo que todo dependerá del cristal con que se mire.

Concretamente en el tema del perdón he replanteado algunas de mis ideas, y creo que después de todo, las enseñanzas de Jesucristo tienen mucho sentido.

En mi experiencia, perdonar ha dejado de ser un acto de condescendencia y se ha vuelto un acto de amor propio. Es decir, cuando perdonamos nos estamos haciendo a nosotros mismos un gran regalo. Dejamos de cargar un gran peso y podemos volver a fluir de manera positiva en la vida. Sanamos heridas para continuar nuestro camino.

Creo que nuestra incapacidad de perdonar radica en un sentimiento de frustración de querer cambiar el pasado y nunca poder hacerlo. De algún modo nos estancamos en un momento que ya no existe y lo arrastramos al presente e inclusive al futuro como una manzana podrida que va contaminando el hoy y el mañana.

Recuerdo cuando era un niño, podía tener la peor pelea con cualquier amigo o familiar, llorar, decir cosas agresivas, hacer berrinche y hasta romper un par de cosas. Sin embargo al cabo de un rato todo eso se quedaba atrás, y esa persona con la que me había enojado volvía a ser ese entrañable compañero de sonrisas.

Qué cambió pues desde entonces? Por qué ahora me cuesta más trabajo perdonar?

Estoy consciente que a veces esta situación me supera. Cuando creo haber dejado atrás algo que me molestó, vuelvo a echarlo en cara para culpar al otro de mis acciones, de mis sentimientos defensivos y seguramente de mi infelicidad.

Pero por qué este juego tonto y sin sentido?

Yo soy yo y soy responsable de mí y de mi felicidad. Nadie mas lo es! Entonces al no perdonar estoy delegando mi responsabilidad al otro? Me vuelvo un mártir y escojo un verdugo?

Ahora, cuando uno es verdaderamente maduro y responsable de si mismo, será que no se le puede ofender? Por que para ofenderse, hay que otorgarle al otro el poder de ofendernos. Es decir, tenemos que comprarle sus insultos y creer en lo que esa persona pueda decir. De algún modo tal vez le estamos delegando nuestra responsabilidad de ser felices y lo hacemos responsable de nuestra infelicidad. Le damos algo que no se nos puede arrebatar.

Tal vez Jesucristo a eso se refería al decir que hay que poner la otra mejilla. Por que era un hombre maduro, responsable y único dueño de su felicidad. Nadie podía arrebatarle nada y seguramente sentía una profunda compasión por aquel individuo incapaz de hacerse responsable de su felicidad y que prefiere culpar a otros de su desdicha.

No sé si mi interpretación y perspectiva del perdón sean correctas y objetivas. Lo que si sé es que entre mayor es mi capacidad de perdonar y soltar el pasado, más feliz soy aquí y ahora.

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