Ni todo son rosas, ni todo son espinas

Cuando observamos una rosa, por lo general nos concentramos en la belleza de la flor. Pocas veces apreciamos también sus espinas. Es más, no dudamos un segundo en quitárselas. Pero si observamos con atención, las espinas tienen igualmente una belleza muy particular. Seguramente no tan obvia y tan llamativa como la flor, pero no menos impresionante si pensamos en como la planta ha evolucionado y desarrollado un mecanismo de defensa como ese.

Creo que tenemos una estructura mental comúnmente dualista. O algo es bueno, o es malo, blanco o negro, bonito o feo, aceptable o inadmisible.
Tenemos un sistema de clasificación que si bien puede ser eficiente, puede limitar la naturaleza real de las cosas al forzarlas a entrar en una de las dos categorías.

De lo anterior tengo una confesión que hacer. Por mucho tiempo vi sólo la flor en las relaciones interpersonales, incluyendo claro está las relaciones amorosas. Pensaba que los problemas, los disgustos, las diferencias, los malentendidos y a veces hasta el sufrimiento eran algo que había que evitar y desechar como las espinas de la rosa.

El tiempo me ha enseñado que si bien uno puede tener preferencias por algún extremo de nuestro método bipolar, lo verdaderamente importante es el conjunto, el todo.
Qué sería del día sin su noche, de la vida sin la muerte y del yin sin el yan?
Todo es importante por que un extremo valida al otro. Y en las relaciones interpersonales, las diferencias son lo que verdaderamente crea el acervo del que gozamos como humanidad. Todas esas espinas son lo que nos empuja a crecer, a ser mejores, a evolucionar y también, a apreciar la flor.

De modo que hoy celebro haber desechado el cuento de hadas y haber empezado una vida más rica y abundante, más completa. Aceptar el todo con actitud de humildad y perseverancia, tomando lo que venga como una oportunidad más de ser mejor, dulce o amargo, pero siempre benéfico. En uno radica el poder de transformar lo que la vida nos pone en frente y hacer lo mejor de ello.

Gracias a la vida y a todos mis semejantes por lo que comparten conmigo, sea lo que sea, por ese alimento que me hace ser mejor cada día.

Evasión

Sorprendo constantemente a mi mente en sus ágiles y astutos juegos de evasión. Sin embargo, son tantas las formas que tiene uno de escaparse de las situaciones y los pensamientos que se torna imposible identificarlas todas.
Hay maneras perfectamente aceptables por uno y la sociedad, otras que parecen sanas y positivas, otras que parecieran casi inofensivas y otras tantas señaladas y severamente juzgadas. Pero como dijo alguien hace dos mil años: “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.”

Pero de qué nos escondemos? Por qué nos saturamos de trabajo, ejercicio, eventos sociales, dogmas, compras y más compras, fármacos, drogas, críticas, televisión, novelas, ruido, sueño, música, etc.? Nos volvemos refugiados de aquello que mejor nos cuadre y más nos aleje de eso que no queremos ver: nuestros propios miedos.

Pero en mi experiencia no importa donde te escondas, tus miedos siempre te encuentran.
Mientras tanto buscamos evadirnos y autoconvencernos de que somos inmortales y tenemos la certeza del mañana. Pensamos que con el dios que elegimos, el dinero que acumulamos, las amistades que tenemos, la colonia donde vivimos, nuestros hábitos sanos, nuestros avances tecnológicos, el coche que manejamos, la pareja que amamos, y un sin fin mas de opciones van a librarnos de toparnos algún día con la infelicidad, con nuestros miedos y con nuestra inevitable muerte.

Francamente no creo que la receta esté en esas mil y un formas de evadirnos, y mucho menos la felicidad auténtica y el antídoto de nuestros miedos y sufrimientos.
Eso sólo se encuentra dentro de uno, ese inmenso pozo sin fondo que nos rehusamos a ver. Mientras no entendamos que la vida es incierta y que lo único certero es que un día habremos de morir, seguiremos viviendo en la sombra, asustados y esclavizados por las cadenas de nuestro miedo a lo inevitable.

Así que pienso, si de lo único que puedo estar completamente seguro es de que algún día habré de morir, entonces por qué dejo que se me vaya el poco tiempo que pueda tener en cosas y situaciones que en realidad no importan?
Me pregunto si tuviera la oportunidad de saber cómo y cuándo moriré, la tomaría? Seguramente sería una cruz difícil de cargar, pero creo también que al tener ese conocimiento sabría todas las otras tantas maneras y cosas que no van a matarme. Tal vez viviría libre! Mientras, trato de hacerme el hábito de pensar que de esta noche no habré de despertar.

Como decía el buen Antonio Aguilar, y como muestra de que la sabiduría se encuentra hasta en lugares muy modestos como un corrido ranchero:

“Lo que pasó en esta vida, nomas el recuerdo queda. Ya muerto voy a llevarme nomas un puño de tierra”

Sobre las falsas expectativas

En estos días he estado trabajando con intensidad en encontrar la raíz última de los sentimientos que experimento en esto que denominamos el estar vivo. En estas meditaciones de profundidad he podido tocar tiempos y experiencias remotas. Tan remotas que podría decir con gran júbilo que en varios casos he llegado a tocar aquellos tiempos en que se empezó a conformar mi personalidad.
Es como llegar al centro del “sistema operativo” de nuestro ser, donde se encuentran todos los “comandos” con lo que aprendemos a interactuar con el mundo y reaccionar a los impulsos que experimentamos en nuestra vida.
Lo más interesante de esto es que me ha permitido entender por qué siento lo que siento y por qué reacciono y actúo de las maneras en que lo hago. Y con esta gran herramienta he podido percibir e identificar situaciones actuales que me detonan sentimientos de respuesta aprendidos. Muchos de estos son ya casi instintivos y se detonan instantáneamente como medida de protección. Pero dichos sentimientos en realidad sólo cubren heridas de antaño. Son totalmente experienciales, pero muy rara vez son fieles al momento presente.
Es decir, son reacciones basadas en situaciones pasadas que en general distan de la situación actual. Es como traer una experiencia de antaño imponiéndola a otros actores tan distintos a los anteriores aquí y ahora. Y esta receta hace que nos ciclemos haciendo las mismas cosas y en consecuencia obteniendo los mismos resultados.
Así pues, me condeno a mi mismo a nadar en círculo. Difícil evolucionar sin romper lo anterior. De igual forma entre más se prolongue lo anterior, más difícil se torna salir de ésta. Al punto en que podemos sufrir de ceguera y amnesia, y llegar a creer que así es, siempre ha sido y siempre será.
De modo que cada día que insisto en salir del círculo me percato de la gran cantidad de tiempo de vida que paso en el pasado, que dedico a cegarme y no ver la realidad presente, y que se me va en falsas expectativas.
Espero que los nuevos actores que incorporo a mi vida la cambien y mejoren, creando un presente mejor y además me aseguren un futuro pleno y seguro.
Que gran ilusión! A veces tan convincente, a veces tan invisible. Pero cada día crezco. Cada día abro los ojos. Cada día me conozco más. Y me refiero a conocerme realmente, haciéndome íntegramente responsable de mi vida, de eso que llamaba mi suerte y mi destino, de mi felicidad y mi tristeza. Y sabes algo? Está cabrón!
Es como ser Atlas y soportar el mundo a cuestas. No hay responsables, no hay tutores ni guías, no hay Dios. Se está completamente solo.
Pero si hay cielos infinitos, aires de libertad, fronteras imposibles que se cruzan y límites que se rebasan. Si hay verdad!

Hacer el tiempo

Me cuesta trabajo tolerar la expresión de “no tengo tiempo”.
Francamente se me hace una excusa muy tonta, pero socialmente aceptada. Creo que inclusive cuando la usamos hasta nos la creemos. Y es que es simple, no tenemos tiempo, nosotros lo hacemos.
Pero para decidir hacer tiempo creo que sólo hace falta voluntad.
Lo más difícil es no interpretar de manera personal el “no tengo tiempo”como un “no quiero”, “no tengo ganas” o “no me interesa”. Eso es un tanto más doloroso. Supongo que de ahí el origen de esta excusa.
Últimamente no me he hecho el tiempo para escribir. No por falta de ideas, de hecho es todo lo contrario. Suceden tantos cambios en estos momentos de mi vida que apenas puedo mantener mi atención en foco sobre el presente.
Pero aquí vamos…

AUDACES FORTUNA IUVAT

Llegó el tiempo de partir a casa. Si he de ser honesto ha sido una larga travesía que ahora que concluye pareciera un parpadeo...

Muchos podrían decir que realmente nunca me fui por que tenía la facilidad de ir con frecuencia. Tal vez alguien diga que porqué tardé tanto, y más de alguno nunca se enteró que no estuve. Pero la verdad es que me fui de casa hace más de cinco años y nunca volví.

En esta odisea recorrí mundos increíbles, conocí gente extraordinaria, viví experiencias invaluables, pero sobretodo fui encontrando pedazos de mi alma mientras forjaba este corazón.

Hoy se cierra un círculo y me reencuentro con mi pasado. Confieso que me fui de casa con el principal objetivo de volver. Heme aquí, entero y en paz, sin mayor equipaje, muchos sueños renovados y un nuevo destino por vivir, agradecido con todo y orgulloso de haber llegado a donde ahora estoy.

La verdad es que nunca pude haber imaginado el final de este capítulo, y sin querer sonar pretencioso, me volví a salir con la mía.

AUDACES FORTUNA IUVAT

Buen viento y buena mar

En estos días he pensado mucho en como se van conectando las cosas, o como dijera S. Jobs: “Connecting the dots”. A veces parece tan mágico que cuesta trabajo no creer en el destino, en el karma y/o en el poder de atracción.

Me es tan misterioso e inexplicable el cómo vamos sembrando lo que habremos de cosechar más tarde. Es como si una parte de mi cabeza de la que no estoy muy consciente fuera trazando el rumbo, y el resto del cerebro sólo se dedicara a dar un paso tras otro en esa dirección. También pienso en que muchas cosas en la vida se tratan solamente de ser paciente. No importa cuanto haga uno o deje de hacer, hasta que llega ese día se dan las cosas. Como un marinero que tiene que esperar a que llegue el buen viento y la buena mar. O como las mariposas y las aves migratorias, que simplemente saben cuando es el momento. Así pues, paciencia y persistencia han de ser la nave sin límites, y la intuición, esa brújula perfecta.

What´s wrong with the world today?

Desafortunadamente no conocí otras épocas más que ésta en la que vivo. Sin embargo, a través de la gente mayor, de los libros y de cualquier ventanita al pasado que pueda encontrar es evidente que algo no está bien en estos momentos con el mundo.

Hay cifras que señalan que tenemos problemas en magnitudes nunca antes vistas, como el suicidio, la depresión y demás problemas emocionales, un consumismo desmesurado, contaminación, extinción y otros males. También hay quien dice que por lo menos en México vivimos tiempos más violentos que antes.

Yo personalmente percibo una sociedad muy alterada, insatisfecha e infeliz. Creo que mucho tiene que ver con esta maquinaria materialista, individualista y consumista que no hace otra cosa más que vendernos la idea de una felicidad inalcanzable e insostenible. Una que cambia cada temporada, con cada modelo, con estereotipos de vidas ajenas e inclusive fantasiosas. Igualmente creo que nos hemos encargado de exaltar el ego, el estatus, el poder adquisitivo, la popularidad y un montón de cosas efímeras.

La gente hemos dejado de ser prójimos, hermanos y semejantes para convertirnos en segmentos de mercado, targets, números, estadísticas y tendencias.

Mientras nuestro desarrollo tecnológico avanza incesantemente, nuestra formación cívica, moral y sobretodo espiritual se quedan en el olvido.

En esto último creo que existe un gran desencanto e inclusive descontento. La gente ve poco a poco como se desboronan las religiones en su incapacidad de adaptarse a los tiempos modernos, en ser más humanas. Igualmente la carencia de verdaderos líderes, no sólo personajes de cinco minutos de fama. La gente íntegra y verdaderamente admirable parece no ser del interés de los medios de comunicación, de los partidos políticos y de la gente en general.

Ha dónde iremos a parar? Qué nos hace falta para hacer un cambio de conciencia? Qué tan profundo deberemos seguir cayendo?

“Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.” Mahatma Gandhi

Niño

Que extraño es darse cuenta de pronto que a estas alturas del partido sigo cargando hábitos de antaño. En este tiempo actual a veces se presentan situaciones que me hacen reaccionar de una manera tal vez inesperada. Cuando se asientan las emociones y trato de entender lo que sucede con verdadera profundidad de pensamiento, descubro que se trata de algo que simplemente detonó algún recuerdo de un añejo pasado. A veces casi es indetectable su origen, pero es evidente que está en el pasado, generalmente en la infancia.

A caso nunca dejamos de ser niños? Entre más viejo me vuelvo y más me conozco creo que la respuesta es NO. Creo que de eso se trata esta vida, de volver a ser niños.

"A los doce años sabía dibujar como Rafael, pero necesité toda una vida para aprender a pintar como un niño."

Pablo Picasso

Dos mundos

Hace algunas semanas platicaba con una persona de esas tan particulares que en realidad no entran en ninguna clasificación más que la de extraordinarias.

De repente en una conversación ordinaria arrojó sobre la mesa una idea como si se tratara de cualquier otra, sin mayor preámbulo ni pretensión. Aunque sutil, su participación fue tan contundente que todos guardamos silencio de manera automática.

Y es que como sin nada comentó que el hombre siempre estará condenado a la frustración. Vaya declaración!

Su argumento fue que vivimos sobre una especie de línea divisoria entre dos mundos: el físico y el mental.

En este último, en realidad no tenemos límites más que los que nosotros mismos le pongamos a nuestra mente. Podemos viajar en milésimas a dónde queramos en el tiempo y el espacio. Podemos tener cualquier habilidad, crear cualquier cosa y visualizar y diseñar mundos infinitos.

En contraste, en el plano físico mucho de esto no es posible. En el mejor de los casos toma tiempo, disciplina y constancia poder materializar alguna idea. Y muchas veces ésta estará afectada por un sin número de variantes no existentes en el plano mental, arrojando por ende un resultado un tanto diferente. De ahí la frustración!

Esta reflexión me ha rondado la cabeza desde entonces. Actualmente me encuentro en un intenso proceso de reestructuración en prácticamente todos los aspectos de mi vida. Racionalmente entiendo que equipaje es el que ya no debo cargar. Es más, siempre lo he sabido. También siempre me ha quedado muy claro que acciones me aportan más que otras, que características me restan y que temores me sobran. No miento, todo lo entiendo perfectamente y sé como podría no sólo vivir mejor, pero inclusive como ser un extraordinario ser humano. Pero todos los días me tropiezo conmigo mismo. Arrastro mis malos hábitos y cometo los mismos errores.

Pero aquí viene la parte divertida: Qué pasaría si dejáramos de desear?

Por que el deseo hasta donde yo personalmente lo entiendo, es producto de nuestra mente. Es la idea de una situación futura en la cual tendemos a basar nuestra felicidad.

Es decir, imaginamos (o por lo menos a mi así me pasa) que seremos felices cuando tengamos tal cosa, cuando llegué X día, cuando seamos de tal y cual manera, cuando logremos otro tanto, etc. Olvidamos el aquí y ahora y empezamos a vivir no sólo en mundos imaginarios, pero también desfasados en el tiempo. Nos desperdigamos, nos perdemos, y así creo que es imposible no estar frustrado

Pero no será entonces que la mente se vuelve un amo cuando debería ser un siervo?

Y qué tal si en el aquí y ahora somos perfectos y sólo hace falta aceptarnos tal cual?

En realidad qué más podríamos necesitar?

Imagina que cada momento presente, cada segundo pudieras estar plena y totalmente aquí y ahora. Estoy seguro que algo muy similar es eso que llaman el paraíso, el nirvana o la iluminación.

Declaración de independencia

Estos últimos meses han sido complejos. He trabajado arduamente en poner mi cabeza y mis sentimientos en orden y estoy comprometido con todas mis fuerzas en lograr el cambio que quiero. Sin embargo, en este proceso ha sido muy doloroso darme cuenta de que me he abandonado sin percatarme. Deje de escucharme durante los últimos meses por tratar de escuchar a todo mundo. Siento que me traicioné y ahora pago las consecuencias de no haber seguido a mi corazón.

Nunca me ha fallado, y conforme pasa el tiempo mi intuición me ha demostrado ser mi mejor herramienta. Es la brújula más precisa de mi vida…y estos últimos meses la ignoré. En parte por delegar mis decisiones a otros, por acobardarme, por no comprometer mi confort, por temer al cambio y por temer a la perdida terminé perdido.

Dura lección que me tocó vivir, pero que no olvidaré.

Caemos para aprender a levantarnos y hoy escribo estas letras para recordármelas siempre:

- Conócete a ti mismo

- Siempre cumple tus compromisos

- Respeta a todos

- Mantén fuertes convicciones que no puedan ser alteradas por las circunstancias

- No te hagas enemigo de ti mismo

- Vive sin lamentaciones

- No te aferres al pasado

- Nunca rompas tus promesas

- No dependas de otras personas

- No hables mal de otros

- No tengas temor a nada

- Respeta la opinión de otros

- Ten compasión y comprensión de todos

- No seas impetuoso

- Aún a las cosas pequeñas se les debe poner atención

- Nunca olvides ser apreciativo

- Haz un esfuerzo desesperado

- Ten un plan para tu vida

- Nunca pierdas tu espíritu de niño

Engranes de reloj

Los Mayas fueron grandes observadores de los ciclos que rigen al universo, a la naturaleza y al hombre. Según entiendo, más que considerar al tiempo como una cuestión lineal, lo percibían como espirales. Lograron medir con precisión los periodos agrícolas, las fases astrológicas, el periodo de gestación humana y muchos más.

Yo tengo la impresión que entre más nos modernizamos, más nos hemos alejado de la naturaleza y en consecuencia hemos perdido mucha de la percepción de estos ciclos.

Claro está que no tiene relevancia alguna en nuestra vida diaria saber cuando es momento de sembrar maíz si con sólo ir al súper vamos a encontrar hasta kiwis neozelandeses.

Sin embargo hay otros ciclos que nos rigen de una manera tan fuerte que es imposible pasarlos por alto. Inclusive las mujeres tienen que lidiar con uno cada 28 días.

En base a lo anterior hago la reflexión de que tal vez todo se rige por ciclos. Inclusive algunas cosas que consideramos que son caóticas.

Concretamente he estado observando con detenimiento muchos de los acontecimientos que se han venido desarrollando a lo largo de este año dentro de mi vida y de la de mis seres más cercanos. Me resulta impresionante ver la cantidad de decisiones y sucesos profundamente revolucionarios que muchos estamos viviendo o estamos por empezar a vivir. Es como si mis grandes aliados y yo hemos encontrado un nuevo camino, uno muy personal y auténtico y ahora empezamos a recorrerlo. Todos los esfuerzos e historias de los años anteriores hoy se transforman en el inicio de un ciclo de trascendencia y sobretodo de algo que parece ser el más autentico propósito de la existencia de cada uno de los que tengo en el pensamiento al escribir esto.

No sé si haya un cambio de conciencia colectiva, si es simplemente que todos nosotros hemos llegado a una edad donde por naturaleza sucede lo que ahora, o si es simple coincidencia. Sólo sé que la mayoría de mi gente y yo estamos más comprometidos hoy que nunca en buscar nuestro verdadero ser, nuestra verdadera felicidad y nuestro verdadero camino. Inclusive aquellos que no logran verlo aún, están luchando fuertemente por llegar allí.

Es claro que no es ni será fácil, y me preocupan un par de hermanos que hoy libran una lucha encarnizada con ellos mismos por encontrar lo anterior. Sin embargo confío en que lo que no nos mata nos hace más fuertes, y pido por mí y por todos y cada uno de ellos, por que todos encontremos eso que estamos buscando y logremos esta transición rumbo a la plenitud que anhelamos.

“Somos hombres y nuestra suerte es aprender y ser arrojados a mundos nuevos, inconcebibles.”

Don Juan

Declaración anual

Coincidentemente mi cumpleaños llega en el mismo mes que Hacienda solicita la declaración anual. De la misma manera, aprovecho para hacer un recuento de lo vivido y sacar un balance.

Siendo francos, puedo decir con orgullo que siempre he salido con saldo a favor en mis 29 años. Sin duda ha habido tiempos más complejos que otros, pero en retrospectiva puedo afirmar que he crecido y cambiado mucho a partir de sacar provecho de las distintas situaciones. Hoy por hoy al ver lo que he hecho de mí puedo decir que he sido fiel a mis ideales y que soy eso que he imaginado para mí a estas alturas.

Siempre he dicho que me gustaría vivir 99 años. Ya más cercano a los 30 prácticamente he consumido un tercio de mi vida y aún hay tanto por hacer.

Este último año, tan único como los anteriores, ha tenido un par de distintivos que lo hacen ya memorable. No sé como explicarlo pero de alguna manera intuitiva mi aniversario 28 ha representado el final de una era, la cual cierro con broche de oro.

Me resulta muy complejo explicarlo, pero puedo afirmar que soy una persona muy distinta a la que era hace 365 días. Mi manera de ver el mundo, de sentirlo y de vivirlo se han transformado. Mi visión, mi mente, mis pensamientos y mi espíritu se han vuelto más agudos. Poco a poco empiezo a ver, sentir y experimentar cosas más sutiles y delicadas. Otra cosa muy importante es que he empezado a hacer las paces con mi muerte, quien ahora de vez en cuando viene a sentarse a mi lado para aconsejarme y guiarme. Sin duda mis decisiones se han vuelto más estratégicas y estás las he podido avalar abrazando la consecuencia de cada una de ellas.

He vencido mil demonios y me he desprendido de mil fantasmas, pero aún me quedan muchas batallas que librar en mi intento por dejar de ser un guerrero y poder algún día ser un hombre sabio.

Sin embargo, este año también he tenido la suerte de encontrar algo, o mejor dicho a alguien que he estado esperando toda mi vida. Está claro que la paciencia tiene su recompensa y finalmente después de muchos años, mi amor platónico, mi compañera de vida ha llegado a mi lado.

La vida también me ha dado la bendición de poder llegar a estas alturas con una salud impecable. También con una gran riqueza conformada de muchos extraordinarios familiares y amigos, un sin fin de historias y aventuras, otro tanto de maestros y aprendizajes y muchos sueños y metas cumplidas. Y esto es sólo el principio.

Ahora mis 29 serán una época de muchos cambios y reestructuraciones. Una época de consolidar muchos sueños e ideas. Un tiempo de reinventarme y apuntar mi brújula a nuevos destinos, muchos de ellos más allá de los confines de mi imaginación.

Todo lo anterior con la única finalidad de servir a mi prójimo y a la vida.

Jinetes de Dragones

Hace unos días tuve la oportunidad de emprender una aventura extraordinaria acompañado de uno de los seres que más quiero en este mundo, mi primo y hermano del alma. Nos dirigimos a un pueblo paradisíaco donde habita otro de mis más grandes aliados y hermano en este camino de la vida.

Sobra decir el gusto que siempre me da encontrarme con este gran guerrero, quien nunca tiene reparos en hacer cualquier cosa por recibirme como rey.

El principal pretexto para este viaje fue el aprender a volar con dragones deslizándonos sobre los reinos de Poseidón. Sin embargo, más que una lección de vuelo y de control de los elementos, fue una gran enseñanza de vida.

Tuvimos oportunidad de convivir con las tribus de los Jinetes de Dragones y aprender mucho de ellos y de su muy particular estilo de vida. Sin duda lo que más me impresionó fue la entrega que tienen por esta pasión del vuelo. Provenientes de diferentes lugares del mundo, en este lugar han encontrado su paraíso y se han entregado sin reservas a vivir su vida bajo sus propias reglas. Pocas veces he visto tanta pasión como la que tienen estos hombres y mujeres.

Me cuestiono sobre cómo vivo mi vida. Cuántas cosas hago con verdadera y profunda pasión y cuantas otras son simple inercia. Cuánto me entrego a lograr mis sueños y cómo lidio con mis temores.

Definitivamente la libertad es algo que se construye y se gana. Y creo que muchas de las llaves para llegar a esta se encuentran en la simplicidad que se torna en paz y alegría.

Hay que sentir para estar vivos y para podernos mover con libertad. Hay que sentir lo que pensamos, lo que decimos, a la gente con quien convivimos, el lugar donde habitamos, los elementos… en todos ellos se encuentra la belleza de la vida. Y donde más sintamos esa vibración, creo que es donde, como y con quien debemos estar. Esto es sin duda el viento que debe dirigir al dragón de nuestra intuición, que siempre sabrá llevarnos al mar de nuestra libertad.

Gracias Andrés, Yuca y a los Jinetes de Dragones!

El Perdón

Habiendo tenido una gran influencia católica en mi formación me fue muy común escuchar el tema del perdón. La verdad es que durante muchos años me revelé contra la religión y cuestioné todo cuanto pude de ella. Hoy día desde una nueva perspectiva y tras mis diferentes experiencias vuelvo a cuestionarme muchas cosas. Me doy cuenta que como ha tenido graves errores, la fe cristiana también ha tenido grandes aciertos.

Supongo que todo dependerá del cristal con que se mire.

Concretamente en el tema del perdón he replanteado algunas de mis ideas, y creo que después de todo, las enseñanzas de Jesucristo tienen mucho sentido.

En mi experiencia, perdonar ha dejado de ser un acto de condescendencia y se ha vuelto un acto de amor propio. Es decir, cuando perdonamos nos estamos haciendo a nosotros mismos un gran regalo. Dejamos de cargar un gran peso y podemos volver a fluir de manera positiva en la vida. Sanamos heridas para continuar nuestro camino.

Creo que nuestra incapacidad de perdonar radica en un sentimiento de frustración de querer cambiar el pasado y nunca poder hacerlo. De algún modo nos estancamos en un momento que ya no existe y lo arrastramos al presente e inclusive al futuro como una manzana podrida que va contaminando el hoy y el mañana.

Recuerdo cuando era un niño, podía tener la peor pelea con cualquier amigo o familiar, llorar, decir cosas agresivas, hacer berrinche y hasta romper un par de cosas. Sin embargo al cabo de un rato todo eso se quedaba atrás, y esa persona con la que me había enojado volvía a ser ese entrañable compañero de sonrisas.

Qué cambió pues desde entonces? Por qué ahora me cuesta más trabajo perdonar?

Estoy consciente que a veces esta situación me supera. Cuando creo haber dejado atrás algo que me molestó, vuelvo a echarlo en cara para culpar al otro de mis acciones, de mis sentimientos defensivos y seguramente de mi infelicidad.

Pero por qué este juego tonto y sin sentido?

Yo soy yo y soy responsable de mí y de mi felicidad. Nadie mas lo es! Entonces al no perdonar estoy delegando mi responsabilidad al otro? Me vuelvo un mártir y escojo un verdugo?

Ahora, cuando uno es verdaderamente maduro y responsable de si mismo, será que no se le puede ofender? Por que para ofenderse, hay que otorgarle al otro el poder de ofendernos. Es decir, tenemos que comprarle sus insultos y creer en lo que esa persona pueda decir. De algún modo tal vez le estamos delegando nuestra responsabilidad de ser felices y lo hacemos responsable de nuestra infelicidad. Le damos algo que no se nos puede arrebatar.

Tal vez Jesucristo a eso se refería al decir que hay que poner la otra mejilla. Por que era un hombre maduro, responsable y único dueño de su felicidad. Nadie podía arrebatarle nada y seguramente sentía una profunda compasión por aquel individuo incapaz de hacerse responsable de su felicidad y que prefiere culpar a otros de su desdicha.

No sé si mi interpretación y perspectiva del perdón sean correctas y objetivas. Lo que si sé es que entre mayor es mi capacidad de perdonar y soltar el pasado, más feliz soy aquí y ahora.

Defensiva y Ofensiva

Últimamente he meditado mucho sobre como defendemos nuestros intereses, ideas, sueños, etc. Supongo que todo el tema que tanto se repite en la historia humana de guerras y batallas se centra en la defensa de algo. Inclusive se dice que la mejor defensa es una buena ofensiva.

El problema es que me he estado percatando que a veces ambos bandos defienden la misma cosa. Es decir, algo se vuelve tan valioso para nosotros pero ese algo es igualmente valioso para alguien más. De hecho, ese algo depende de ese alguien más y de mí para existir. Pero por algún extraño motivo, a veces se pierde el piso y me he encontrado defendiendo ese algo de la persona que lo construye junto conmigo. Igualmente me he encontrado defendiéndome de los ataques de la otra persona en su intento por proteger eso que depende enteramente de los dos.

Que cosa tan humana y tan rara, enfrentarte en un laberinto de espejos cuando lo único que hace falta es bajar la espada.

Supongo que entre más nos hagamos conscientes de lo verdaderamente similares e interconectados que somos los humanos y el resto de las especies, y de lo mucho que dependemos los unos de los otros, nos acercaremos más al paraíso.

Arma de destrucción masiva

Hace no tanto, durante la presidencia del Señor Bush escuché mucho el término “armas de destrucción masiva”. No había encabezado en el mundo que no hablara del terrorismo y el riesgo que corrían los pueblos democráticos si los “chicos malos” contaran con dichos artefactos. Todo podría desaparecer y “nuestro” estilo de vida con ello.

Sin embargo, últimamente he estado meditando sobre una verdadera “arma de destrucción masiva.” Específicamente me refiero al ESTRÉS!

Esa maldita tensión que pareciera la batuta de la vida moderna si que mata gente y destruye sociedades.

Durante las últimas semanas lo he estado viviendo en carne propia y siento que me vuelvo loco. Lo más triste de todo es que siento que me he vuelto defensivo y hasta agresivo. Siendo honestos, he perdido claridad mental y sobretodo las riendas de algunas de mis palabras. Sin querer he dicho cosas que han lastimado a gente cercana y todo por no pensar bien lo que digo. No por falta de voluntad, si no por que me siento saturado y tenso, y simplemente estoy como un león contra la pared.

Esa es mi experiencia del estrés. Lamentablemente le paso la factura de los platos rotos al desafortunado que se me ponga enfrente.

Además, vivo en una ciudad que es una cacerola de estrés. Por las circunstancias que presenta la vida en esta urbe, entiendo que la gente esté más tensa. Entiendo también que por eso nos volvamos más agresivos y en consecuencia hagamos cosas no muy meditadas y a veces dañinas.

Ya ves que dicen que hay gente que se ha agarrado a balazos por una mirada fea.

Bueno, no vayamos muy lejos, tan sólo con la cantidad de mentadas que va la gente repartiendo entre el tráfico después de una dura faena tenemos para poner a media ciudad en modalidad defensiva.

Maquiavelo creía que el hombre es malo por naturaleza. Yo creo que más bien conoció pura gente estresada.

Sin duda tenemos que hacer algo al respecto. Yo voy a empezar por relajarme y tratar de no esparcir mi estrés.

Viva la vida!

Mi abuela es una mujer de 85 años. Es una de esas personas que se forjaron por el camino duro y áspero de la vida. Me cuesta imaginar todas las carencias y dificultades que enfrentó en sus ayeres. Hoy no es la excepción, ella sigue luchando.

Sus logros tal vez no sean económicos o intelectuales, pero entre otras cosas le admiro haber formado 8 vidas más. Todas por la vía del respeto, la honradez y el amor, aún con todas las carencias que hubo en su entorno.

Sus batallas le han cobrado cuentas caras. En el campo ha dejado inclusive partes de su cuerpo y sin duda de su corazón.

Anoche volvió a librar otra batalla que le ha costado parte de sus intestinos y colon. También le costó las trompas, la apéndice, sangre y carne de su ser.

Pero ella sigue aquí, con un amor por la vida que me hace sentir vergüenza por los días en que me quejo ante la adversidad.

Ella nunca se a quejado de nada y apuesto a que nunca lo hará. Siempre ha cargado la cruz que le toque con dignidad y orgullo, con un profundo y auténtico amor por la vida.

Que viva la vida!

Roma

Últimamente me he preguntado si le doy demasiada importancia al tema del amor. Mucho sin duda es por que estoy enamorado. Sin embargo no puedo pensar en algo que me haga sentir más vivo que el amor. Y no sólo el amor a mi mujer, pero también el amor a mi familia, a mis amigos, hasta a mi perro y en general por la vida.

Mi hermano dice que todos tenemos siempre una manera de justificar nuestras acciones y creencias. Creo que eso es muy cierto y sin duda ese argumento demuestra que por lo tanto no hay una verdad absoluta. Pero vuelvo a pensar en el tema del amor y no se me ocurre algo más importante. Inclusive el amor por la salud, el amor por uno mismo y el amor por el trabajo o lo que sea que uno haga.

Sin este elemento, dudo que la vida misma pudiera tener lugar.

Así que estoy convencido que todo al final del día se trata de amor (o la falta de éste). Después de todo dicen que “todos los caminos conducen a Roma”, y Roma al revés es AMOR.

Atropellos de la vida...

Ayer vi los restos de lo que alguna ves fue un ser humano esparcido por metros y metros de carretera. Fue difícil imaginar que eso que vi alguna vez tuvo vida, sueños, alegrías, tristezas, miedos… todo reducido a pedazos de carne indistinguibles.

Pensé que para esa persona toda termino. No hay más, por lo menos en este mundo.

Pero qué habrá pasado con el que lo atropelló? Sin duda fue un accidente. No había nada que indicara lo contrario. Entonces, que será del victimario? Él se queda en este mundo con una gran cruz que cargar. Una cruz que nunca eligió. Tal vez es un buen hombre que nunca le haría daño conscientemente a nadie. Pero ayer le quitó la vida a otro semejante.

Me cuestiono sobre el impacto que tenemos en nuestro entorno. Específicamente sobre los efectos negativos (o no tan positivos) que tenemos en la vida de los demás.

Desde esa perspectiva, vivir se vuelve un arte, sobretodo hacerlo sin generar sufrimiento en otros seres.

Pienso seria y profundamente en todos los atropellos que he cometido en este planeta, desde la madre tierra, pasando por cualquier ser vivo, planta, animal o insecto, hasta llegar a la gente que me rodea, en especial en la gente que más quiero. Ellos tampoco han estado exentos del alcance de mis acciones negativas.

A todos y cada uno, les pido una disculpa sincera y hago un compromiso por ser un mejor ser humano cada día que me quede de vida.

Sonrisas y lágrimas

Hoy por la mañana un muy buen amigo fue al banco y mientras esperaba su turno observaba a la gente. Una niña con rasgos mongoloides llamó su atención. Además, estaba vestida de una manera extravagante y con el cabello desarreglado. Sin embargo, insistió, era una persona común pero con dientes muy feos. Y esto último lo notó por que de pronto ella empezó a sonreír.

Trato de imaginar esa sonrisa, posiblemente infantil e inocente.

Mi amigo me dijo que tan sólo ver esa sonrisa, lo hizo llorar.

Se sintió tan extraño que en cuanto pudo me contó lo anterior. Nunca le había pasado algo así.

Estaba tan sorprendido que alguien en este mundo y con las adversidades que todos enfrentamos en nuestras vidas, tenga la fuerza de reír de ese modo.

Primeras letras

Empecemos por escribir y ver si puedo hacer de esto un buen hábito.

La intención es la de verter mis sentimientos e ideas en palabras con el propósito de comprender lo que pasa en esta cabeza y este corazón. Tengo la esperanza de que entre más logre conocerme, más conoceré al mundo y los misterios de la vida.

Deseo con todo mí ser algún día poder ver la realidad en todo su esplendor.

Este es un intento más.